¡Hemos regresado!.. bueno, casi.

Como ya les había comentado en posts pasados, mi motherboard (una PC Chips M925G) ha decidido de buenas a primeras no detectar ningún disco duro, sea nuevo o ya con información.

Aqui se nota que sólo está conectada la unidad de DVD-ROM

Durante una semana y media, estuve utilizando mi computadora con el live cd de Ubuntu 8.04. Sin embargo, era bastante fastidioso el tener que instalar las aplicaciones que utilizo, el flash, el mensajero instantáneo y unas cosas más. Para solucionar el problema, mi buen amigo Julián donó a la causa un disco duro de 60 GB para laptop. Finalmente, utilizando un case Transcend de 2.5" pude instalar Ubuntu e iniciar el sistema por USB, asi como lo hicimos en el tutorial de las USB booteables.

Case conectado por USB que permite el booteo del sistema

Asi, mientras la situación me lo permita, estaré usando Ubuntu como sistema principal. Esto me ha dado un punto de vista más sólido en comparación con la revisión rápida que hicimos hace tiempo.

Disco en funcionamiento

Si bien Ubuntu es una distribución que es muy recomendada por su estabilidad y facilidad de uso, hay cosas que aún están bastante complicadas para el usuario común. Eso lo vi al tratar de renombrar una memoria USB. En Windows es bastante sencillo: solo la selecciono, presiono F2, le cambio el nombre, doy Enter y listo. En cambio, en Ubuntu, tuve que instalar una aplicación con la consola, desempaquetar no sé que cosa, copiar en la memoria otro archivo, regresar a la consola para formatear y para hacer otra lista de cosas que hasta el momento sigo sin entender.

Resumiendo las cosas: la gente que usa Windows no paga por un sistema estable o por un sistema que tenga muchísimos efectos; mas bien paga para que su computadora haga lo que necesite sin necesidad de tantas cosas. Si Linux quiere superar con creces y con todo al sistema de Redmond, será necesario que aprendan a simplificar muchas tareas antes de agregar efectos de escritorio que, si bien son bonitos, hay que admitirlo: no sirven de nada.

Muy bonitos, nada más

También, por el lado amable, Ubuntu me ha servido ahora que Windows nomás ni sus luces. Gracias a Wine, tengo la posibilidad de instalar aplicaciones como Ares y Steam, plataforma de videojuegos que funciona unicamente en Windows. Si bien la plataforma se instala y funciona bien, no he podido probar alguno de los juegos, no tanto por el hardware, sino por la baja velocidad de transferencia del USB.

Steam corriendo en Ubuntu gracias a Wine

Cambiando de tema, pronto se acerca el primer aniversario del blog. No habrá muchas sorpresas, sólo un post conmemorativo y posiblemente una encuesta sobre que les ha gustado del blog, que le pondrían, que le quitarían y todo eso.